Lugares que visitar en San Diego [con mapa]
San Diego es la ciudad más al sur de toda la Costa Oeste estadounidense y está pegando a México, colindando con Tijuana. Nosotros tuvimos la oportunidad de quedarnos varios días allí y verla bastante a fondo, por lo que nos hicimos nuestra lista de los mejores lugares que visitar en San Diego.
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Como la mayoría de ciudades en Estados Unidos, por no decir todas ellas, San Diego ha sido modelada para facilitar el uso de los coches. Aquí nos encontramos con avenidas muy largas y perpendiculares entre ellas por toda la ciudad. De todas formas y pese a las largas distancias, la ciudad ofrece una opción muy interesante para la gente que no quiera o pueda coger el coche, que detallamos a continuación.
Visitar San Diego con Trolley Tours
Si no dispones de coche y no tienes muchos días para visitar todo, aconsejo hacer el trolley tour https://www.trolleytours.com/san-diego/.
Paran y te recogen en los puntos más importantes: cada 20 minutos pasa un autobús diferente en el que te puedes volver a subir para continuar el recorrido. Los conductores son super amables, te van contando historias y anécdotas de películas rodadas allí y te ambientan poniendo música en algunas zonas, es bastante divertido.
Con este tour también te ofrecen descuentos en algunos restaurantes, museos y tiendas, aunque si sólo vas a estar un día o dos quizás no lo llegues a usar. Suelen tener paradas cerca de zonas de hoteles y turísticas, por lo que ese día no tendrías que pagar ningún tipo de transporte extra. En definitiva, es una buena forma de ver todos los sitios típicos de San Diego.
Visitar San Diego con coche de alquiler
Como es de esperar, teniendo coche de alquiler, las posibilidades se disparan.
Old Town de San Diego
Nosotros nos levantamos temprano el primer día para aprovechar al máximo las horas de luz y condujimos hasta el Old Town de San Diego. Aparcamos sin problemas y nos dimos una vuelta por el recinto de casas reconstruidas, que reflejaban completamente las raíces mejicanas de la ciudad. Todo muy colorido y pintoresco, aquí encontramos varias tiendas artesanas muy curiosas donde comprar todo tipo de elementos decorativos. Está todo cuidado hasta el más mínimo detalle. Dispone hasta de una reproducción de la primera sala de juzgados de la ciudad (First San Diego Courthouse), en la que nos llamó la atención la pequeña prisión donde pasarían la noche los prisioneros de antaño. ¡Todo muy de películas de cowboys!
Más tarde, nos dirigimos hacia la ciudad. Hay bastante aparcamiento disponible por la zona de Little Italy, así que, como hacía muy buen día, dejamos el coche allí aparcado y nos fuimos a recorrer la ciudad a pie.
Puerto de San Diego y USS Midway
Nos dirigimos hacia la zona portuaria, desde donde se puede apreciar la bonita silueta del distrito financiero. Tocamos el agua con las yemas de los dedos del océano Pacífico, que estaba helada, y nos dirigimos hacia el centro de la ciudad siguiendo la ruta que nos trazaba el paseo marítimo. A nosotros nos gusta mucho observar las diferentes embarcaciones, así que nos encantó cuando nos topamos con el museo flotante de San Diego, que cuenta varios submarinos y un portaaviones construido a finales de la segunda guerra mundial (el USS Midway).
Luego alquilamos un patinete eléctrico y recorrimos el resto del paseo a toda velocidad. Hay varias cosas interesantes en el camino, entre ellas una estatua de casi 8 metros representando el famoso beso que simbolizaba el final de la guerra mundial y monumento muy curioso dedicado a Bob Hope.
Cabe destacar lo que nos impresionó ver pelícanos y cormoranes desde tan sólo unos metros de distancia.
Estadio de béisbol: Los Padres
Con el patinete, llegamos hasta el estadio de béisbol del equipo de San Diego: Los Padres. Está abierto por un lado, así que se puede ver en el interior del estadio desde el parque Park at the Park. Allí cerca, comimos unos tacos en un restaurante de comida rápida (Lolita’s mexican food), que resultó ser todo un acierto y muy económico.
Gaslamp Quarter
Al estar ya en el Gaslamp Quarter, nos dimos una vuelta admirando los pintorescos edificios repletos de locales de lo más curioso. Tuvimos la suerte de toparnos con la galería de arte de Tim Cantor, con unos cuadros que se nos iban un poco del presupuesto, pero que definitivamente merecía la pena pararse a admirar.
Westfield Horton Plaza
Seguimos andando hasta que nos topamos con el gigantesco centro comercial Westfield Horton Plaza, lleno de tiendas, restaurantes e incluso un cine. Enfrente se encuentra un hotel que nos encantó, con unas vistas muy buenas hacia la plaza del centro comercial.
Little Italy
Nos adentramos en el distrito financiero, donde estábamos rodeados por gigantes en todo momento. Al llegar a Little Italy, que era donde dejamos el coche, la arquitectura del barrio volvía a sorprendernos con un nuevo estilo que no habíamos visto hasta ahora. Todo muy vivo y lleno de color y banderas de Italia por todas partes. Había muchos restaurantes y comercios italianos, así como tiendas de diseño y moda. Nos resultó un barrio muy agradable y peculiar.
Isla de Coronado
Ahora sí, nos pusimos el cinturón de seguridad y condujimos hasta la isla de Coronado, que por mucho que sea una isla, conecta con San Diego por al menos dos caminos diferentes. Nosotros seguimos el del Coronado Bridge, que es un puente que sale del barrio de Logan y conecta directamente con la isla. El puente en sí ya es una aventura para cruzarlo y las vistas desde el mismo son increíbles. Hay que tener cuidado con la velocidad ya que hay radares a lo largo del mismo. Al llegar al otro extremo, pudimos disfrutar de unas vistas inmejorables de San Diego y observar el skyline de la ciudad desde el Centennial Park.
Como se iba haciendo de noche, decidimos ver la puesta de sol desde el otro lado, por lo que nos metimos en el coche de nuevo y nos dirigimos hacia la playa de Coronado (Coronado Beach), que nos regaló un paisaje espectacular. Además, al ser invierno, pudimos disfrutar de la tranquilidad de la playa sin que hubiese mucho alboroto de gente.
Balboa Park
Para acabar el día, y pese que ya había oscurecido, como aún hacía buena temperatura (bendita California), cogimos el coche y llegamos hasta el Balboa Park, nombrado así por el explorador español Vasco Núñez de Balboa. El parque es enorme y se podría echar un día entero recorriéndolo y visitando sus múltiples edificios de arquitectura renacentista y diferentes jardines. Lo primero que te llama la atención, sobretodo si eres sevillano, es la estatua del cid campeador que hay en la entrada: ¡igual a la que tenemos en Sevilla enfrente del rectorado! Luego nos enteramos de que era de la misma artista (Anna Hyatt Huntington) y que hay varias repartidas por el mundo.
Nos encanta viajar y ver el mundo que nos rodea, mezclarnos con diferentes culturas y paisajes y, sobretodo, ¡contarlo!
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